Espectácular villa en los alrededores de la localidad costera de Mojácar, en el levante almeriense, rodeada por un olivar.
La tipología se centra en el patio interior, rebosante de vegetación, si bien la virtiente noroeste hacia la ladera constituye un segundo punto de atracción más recogido y un agradable contrapunto a la planta central.
La construcción se distribuye según la tradición local en dos plantas, con cierto protagonismo formal del nucleo de escalera a modo de torre y próximo a la entrada.
Los interiores reflejan la pasión de su dueña por los viajes, mostrando una estratificación espontánea y equilibrada de piezas de arte y artesanía procedentes de los cinco continentes.
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